La reciente decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de declarar una “emergencia nacional” y aplicar aranceles recíprocos a casi todos los países del mundo ha generado una reacción en cadena en los mercados globales. La medida, tomada tras el déficit comercial récord de 1,2 billones de dólares en 2024, ha sembrado incertidumbre sobre el futuro del comercio internacional y ha obligado a muchos países a repensar sus estrategias económicas.
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), a través de su Gerente General, Gary Rodríguez, manifestó su preocupación respecto al modo en que se aplicó la medida, aunque destacó la importancia de analizar el trasfondo. “Si bien preocupa la forma, entendemos que el fondo busca establecer condiciones equitativas de competencia global, eliminando sobreprotecciones, barreras y distorsiones que afectan la libre competencia”, expresó Rodríguez en conferencia de prensa.
Rodríguez presentó un análisis técnico del IBCE que estima que cerca del 50% del valor de las exportaciones bolivianas a Estados Unidos —que alcanzaron 271 millones de dólares en 2024— será afectado por el nuevo arancel del 10%. Sin embargo, aclaró que las exportaciones tradicionales del país, como estaño, plata, antimonio, wolframio, bismuto y fuel oil, están excluidas del incremento, así como algunos productos no tradicionales como maderas procesadas y publicaciones impresas.
El representante del IBCE señaló que esta situación ofrece importantes lecciones para Bolivia: evitar desequilibrios comerciales permanentes, reconocer la importancia de los grandes socios económicos y, sobre todo, negociar acuerdos de libre comercio que reduzcan la vulnerabilidad del país frente a decisiones unilaterales. Rodríguez subrayó que, de haber concretado Bolivia acuerdos con bloques como la Unión Europea, países asiáticos o el mismo Estados Unidos, “hoy tendríamos mayor capacidad de reacción”. Además, recordó que Bolivia no mantiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde 2008, una situación que “debería reconsiderarse”.
Aunque muchos califican la medida como proteccionista, Rodríguez sugirió verla también desde una perspectiva optimista. Destacó que 75 países ya han mostrado interés en negociar acuerdos recíprocos con EE.UU., y que se iniciarán conversaciones bilaterales con economías clave como Vietnam, Japón, Corea del Sur e India. “Tal vez, si la inducción al libre comercio no fue suficiente, esta conducción más firme podría derivar en una nueva era de acuerdos que beneficien a todos”, afirmó.
La medida contempla un arancel general del 10% desde el 5 de abril, incrementos específicos a partir del 9 de abril para países que no negocien (como China, que enfrentará un 145%), excepciones para productos estratégicos, y una pausa de 90 días para facilitar negociaciones bilaterales. Según la Casa Blanca, el objetivo es reducir la dependencia externa de EE.UU., recuperar su industria y proteger su seguridad nacional.
“Lo que hoy vivimos puede ser una crisis, pero también una oportunidad para repensar nuestra inserción internacional, diversificar mercados y fortalecer nuestra competitividad”, concluyó Rodríguez.