La senadora Jeanine Añez lamentó la posición “desafortunada” asumida por la
Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
en Bolivia (OACNUDH), donde dos parlamentarios de Convergencia que se
encuentran en vigilia solicitando una
amnistía para los presos y perseguidos políticos de Bolivia, fueron totalmente incomunicados y son sujetos de presiones
sicológicas por la dureza de sus representantes.
“Quienes están ahí (oficinas de la
OACNUDH), es para que defiendan nuestros derechos humanos, pero
están siendo maltratados sicológicamente, ultrajados y tratados tan
irrespetuosamente,”, señaló Añez.
La legisladora denunció el maltrato
sicológico al cual son sometidos dos de los tres parlamentarios que iniciaron
una vigila en esas oficinas el pasado martes por la noche, ya que todos sus
movimientos son permanentemente filmados y monitoreados por cámaras de
seguridad; no se les permite la visita de sus colegas parlamentarios para
conocer su estado de ánimo y salud; no se ha permitido el ingreso de un médico
para que pueda verificar su estado, como tampoco el ingreso de sus cargadores
de teléfonos celulares.
Respecto al comunicado emitido hoy por
la sede central de la OACNUDH, que señala que la medida asumida por los
parlamentarios bolivianos , además de desafortunada, ha “interrumpido todo el
trabajo en derechos humanos que necesitamos realizar”, Añez les recordó que los
asambleístas en vigilia precisamente piden eso, que se ocupen de velar por la
vigencia de los derechos humanos en Bolivia y no ser unos simples burócratas
que se ocupan de mantener un silencio
cómplice y alcahuete con el régimen de Evo Morales y sus violaciones a los
derechos humanos y fundamentales del país.
“Qué clase de derechos humanos
representan aquellas personas que emiten un frívolo comunicado institucional, cuando el tema de
fondo son las violaciones a los derechos humanos y ellos ahora no son solamente
cómplices, sino que son encubridores de este delito”, resaltó Añez.
Para finalizar señaló que es
desafortunado es el accionar de la OACNUDH en Bolivia, que no solo no cumple
con sus funciones, sino que ahora se convirtió en un centro de tortura
psicológica.